HolaDios

EL PUENTE

Los puentes son obras arquitectónicas importantes que generan conexiones de ciudades a otras, puntos a otros, por lo general sirven para conectar espacios diferentes, ambientes distintos, son plataformas para cruzar a través de ellas de un lugar y espacio específico a otro distinto.

Este fue el puente que se construyo por medio de Cristo: que nos pone en orden, nos da el acceso al padre para adorarle, ese puente nos permite, tener la posibilidad de oír, cantar, estar en la presencia de Dios. Sin el puente de Cristo, estas cosas a las que tenemos acceso no tendrían profundidad sonora de alabanza en nuestro corazón. Estos espacios no serían dignos de ser ofrecidos a Dios y nuestro corazón tendría una barrera, un muro o un espacio hacia el vacío profundo. Nuestra alabanza no cruzaría, nuestras palabras irían cuesta abajo, nuestros gemidos se oirían en eco a lo lejos y nos veríamos separados de la bondad en medio de lo roto.

Creo que a veces, como cristianos constantemente atravesamos ese puente, vamos de un lado a otro, entramos al lugar Santo, pero nos devolvemos con la maleta que llevábamos, llevamos alabanza, tiempo, recursos, obras, acciones, pero no llevamos nuestro corazón cargado, descalificado, con fallas, desconfianza. Cruzamos el puente acostumbrado a llevar algo, lo que sea. Pero olvidamos que este puente no se hizo solo para cruzar constantemente a llevar tareas o estándares.

Se construyo para que crucemos a ver a alguien, a visitar ese lugar que se unió con el nuestro y junto con nosotros, llevar lo que tenemos dentro, no solo bueno… lo que nos dificulta, no creemos y aún no soltamos.

Cristo no solo construyo el puente para ver a Dios, para visitarlo y cumplir con algo. Lo construyo para cruzar, entrar y entregar lo que venimos llevando desde nuestro mundo. Cruzar a llevar lo que más nos agobia y cambiarlo por yugos livianos.

‘Entonces, acerquémonos con confianza al trono de Dios, que es generoso. Allí recibiremos su compasión y su bondad para ayudarnos cuando lo necesitemos.’


Hebreos 4:16

¿Quieres recibir a Jesús en tu vida?

Scroll al inicio
×